
Era un amor en silencio que nunca fue hablado, mas que por los ojos de el que lo gritaban cada vez que podia contemplarla y aquella chica solo le quedaba agradeserle con una sonrisa y con suerte dirijirle unas cuantas palabras y eso era todo; tanto tiempo ocurrió, era la rutina de todos los dias este hecho que un día simplemente en sus caminatas avituales un derrepente dejo de verlo; la chica salió como siempre pero esta vez se dio cuenta que el chico ya no estaba, Donde puede encontrarse? se pregunto muchas veces, caminaba despacio como esperando derrepente poder verlo saliendo de alguna de aquellas casas o doblando una de las ezquinas, y lo esperó, lo esperó sin importar el frío ni la lluvia, mientras la preocupación la embargaba, regresaba a su casa desconsolada por no saber que habria pasado con aquel admirador mas fiel, ella siempre habia gustado al genero masculino y en repetidas ocasiones tuvo pretendientes pero ninguno paresido como aquel que siempre la esperaba en la misma calle solo para verla y brindarle una sonrisa.
Pero un dia que no puedo evitar lo inevitable en un dia de lluvia y frio tuvo que transcurrir por ese camino de nuevo, triste sabiendo en el fondo que esta vez no la seguirian a lo lejos esos pequeños ojos marrones en su camino, hablandole solo la mirada pero grande fue la sorpresa, giró la cabeza y estaba alli, el chico dulce observandola de lejos con la mirada seria, tan empapado como ella lo estaba, a cada paso de regreso a casa la lluvia comenzó a caer, gota a gota la lluvia caia y gota a gota las lágrimas; dos corazón rotos sangraban y caian a pedazos en la soledad de la noche, uno orgulloso otro humilde se prometian en cada suspiro que sería la ultimavez que presenciaría esto en su vida, que el amor para aquel no estaba en ella y el de ella no estaba para el, necios buscanban un consuelo para tratar de engañar a su corazón y rechazar la idea del amor
Pasos y pasos de soledad sin mirar hacia atras, con la mirada en el suelo tantas ideas, sueños y más ilusiones se resbalaban por su cuerpo; Asta el punto que ella ya no pudo más y comenzó a correr tras sus pasos, casi sin aliento lo alcanzo de la camisa , él sintió el jalon y como contestando a un ruego giró para tomarla entre sus brazos tomandola por su cintura. No hubo palabras, no hubo llantos, solo un beso de despedida, que sin significaba un "Asta luego"
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